Este edificio, situado en el Ensanche, cerca de la Sagrada Familia, ha sido objeto de una reforma integral y de intervenciones estructurales necesarias debido a su estado precario.
Se compone de planta baja y 6 plantas pisos cada una dividida en 3 viviendas, dos que miran hacia la fachada principal, y uno hacia la fachada trasera.
La nueva distribución es distinta en los tres pisos, pero en todos se integra las cocina en el salón comedor creando una mayor amplitud de la zona común.
Los elementos originales de interés se conservan y enfatizan.
Los forjados con viguetas metálica y bóveda a la catalana, las paredes medianeras en ladrillo macizo, los falsos techos de escayola con molduras sencillas pero no por eso con menos interés, las ventanas en madera, y las puertas interiores, reutilizadas y reinterpretadas.
El proyecto juega con pocos materiales utilizados con rigor y simplicidad tanto a nivel formal como constructivo para resaltar la fuerza de los elementos originales existentes.