La renovación de la masía BGS consiguió fusionar con éxito la historia con el diseño contemporáneo, respetando la estructura y los materiales originales a la vez que se optimizaban los espacios interiores, maximizando la funcionalidad. Sin perder de vista la sostenibilidad y la integración en el entorno natural, se convirtió en un hogar lleno de autenticidad donde la luz del sol y la naturaleza son los protagonistas.
La importancia de unificar espacios en reformas integrales
Más allá de ser un tipo de construcción tradicional, la masía es un símbolo arquitectónico profundamente arraigado en la historia de Cataluña. Esta edificación rural de origen agrícola conlleva una valiosa carga histórica, cultural y arquitectónica.
Muchas masías catalanas han sido abandonadas y se encuentran en un considerable estado de deterioro. En algunos casos, afrontar su recuperación para adaptarlas a las necesidades modernas sin perder de vista su origen es un gran reto. Tal es el reto al que se enfrentó el equipo de Enrica Mosciaro con la espectacular masía BGS de 464 m², que hoy presenta un aspecto totalmente revitalizado que mezcla armoniosamente pasado, presente y futuro.
A lo largo de tres siglos, las distintas partes de esta estructura de granja de dos plantas se construyeron en dos niveles, lo que dio lugar a un edificio de planta irregular y niveles de suelo variables. Este origen fragmentado supuso un reto considerable en términos de funcionalidad, pero también abrió un abanico de posibilidades de transformación. El proyecto pretendía unificar la planta baja, por lo que hubo que realizar excavaciones en determinados sectores, tanto en el interior como en el exterior, para nivelar y unificar los espacios.
Un elemento original especialmente importante que se ha conservado es el gran arco de ladrillo, construido durante la transformación del edificio en horno de vidrio a finales del siglo XIX. Además de aportar carácter y belleza al interior, es un testimonio llamativo del cambio de uso del edificio, que pasó de ser un espacio residencial a uno industrial. Su restauración, junto con el mantenimiento de los muros de piedra y ladrillo, ha sido vital para mantener la identidad histórica del edificio a la vez que se integra con elementos contemporáneos.
Luz natural en abundancia y naturaleza omnipresente
El objetivo de estas reformas integrales de una masía era mantener la autenticidad de la construcción, por lo que se decidió conservar y restaurar la estructura original. Se respetó la volumetría existente, a excepción de un espacio central que se dejó sin cubierta para transformarlo en un acogedor patio abierto. Además de proporcionar intimidad y serenidad, este espacio al aire libre inunda toda la casa de luz natural. De este modo, la intervención acentúa la intención de fusionar el interior con el exterior.
La sostenibilidad fue otro aspecto clave de la renovación, basada en maximizar la luz natural. Esta decisión, además de reducir el consumo energético, conecta visualmente los espacios de la masía con el privilegiado paisaje circundante. El comedor, en particular, tiene un enorme ventanal que diluye la línea que separa el interior del exterior, creando la sensación de un jardín interior donde la naturaleza forma parte de la casa. Esta fluidez del espacio realza la idea de una casa que respeta y se funde con su entorno.
Una apuesta por la tranquilidad
La elección del blanco, los tonos neutros y los materiales sencillos y naturales aportaron una sensación de tranquilidad. Y, al mismo tiempo, ayudó a que los materiales originales resaltaran su textura y autenticidad sin sobrecargar visualmente los espacios. El minimalismo que impregna toda la construcción se traduce en entornos funcionales estéticamente agradables que fomentan la calma y el bienestar.
El uso inteligente del espacio fue otro punto esencial de esta reforma. A pesar del tamaño de la masía, los arquitectos de Enrica Mosciaro consiguieron crear espacios flexibles y multifuncionales. Un rincón olvidado y desaprovechado se transformó en un pequeño despacho, mientras que la cocina incorpora una gran isla, convirtiendo la estancia en un espacio de trabajo pero también en un punto de encuentro y convivencia.
La renovación de la masía BGS rescata una parte del patrimonio arquitectónico catalán, adaptándolo a las exigencias de la vida del siglo XXI. La reforma ha sabido encontrar el equilibrio entre preservar el legado histórico y ofrecer una nueva vida a sus espacios, dotándolos de confort y modernidad.