El Hotel Mod05, cerca del Lago de Garda, se configura como la superposición de dos edificios, divididos por una larga franja de vidrio: el paralelepípedo que alberga las habitaciones, compacto pero ligero, flota encima de la planta baja, cuya articulación responde a su complejidad funcional.
La arquitectura refleja las dos almas de los hoteles: el momento público y dinámico de las llegadas y salidas, de las zonas de encuentro y actividad, y el momento íntimo y protegido del descanso.
La planta baja se organiza alrededor de un espacio central acristalado en el que se asoman los cuerpos sólidos y coloridos de distintas funciones: la recepción, las oficinas, el bar, el comedor, la sala de reuniones.
El volumen que alberga las habitaciones, en cambio, se desmaterializa.
Su fachada se caracteriza por una amplia celosía practicable desde el interior de las estancias, compuesta por paneles fenólicos cortados en lamas, que simulan el color y aspecto de la madera en tres tonalidades: roble claro, oscuro y castaño. La envolvente permite modular la luz, seleccionar las vistas y regular el flujo solar en los diferentes momentos del año, satisfaciendo las necesidades tanto lumínicas como ecológicas y protegiendo la privacidad de los huéspedes del hotel.
El resultado es una fachada “viva”, siempre diferente, día y noche, habitación por habitación, momento a momento.