Este proyecto de reforma conjuga la distribución sencilla de su planta con la complejidad en los detalles.
La vivienda mira hacia una gran terraza: el reto era crear una relación fuerte entre las dos.
Para poder tener la máxima abertura y superficie acristalada, las persianas se colocan en el exterior, por encima del hueco de las ventanas y los cerramientos en aluminio corren también hacia el exterior del muro de fachada desapareciendo completamente detrás de la pared de madera.
La pared de madera es un complejo sistema que alberga las ventanas correderas, las persianas y las mosquiteras y permite tener la máxima flexibilidad: tamizar la luz, consentir una visión sin filtros del cielo y del exterior, tener seguridad, proteger de los mosquitos.
Una jardinera, que corre a lo largo de toda la terraza, equilibra y da escala humana a la barandilla.
Las ventanas en su interior están enfatizadas por un marco de madera.
La cocina se divide en dos áreas la isla en granito negro y la zona de lavado puesta detrás de unas puertas correderas que se puede cerrar y abrir según las necesidades.