Modernidad y tradición en sintonía

Situado en el Ensanche barcelonés, el edificio VLN exhibe un nuevo aspecto tras una rehabilitación de edificio que demuestra cómo la arquitectura tradicional y el diseño contemporáneo pueden convivir en perfecta armonía. La rehabilitación no sólo ha devuelto la vida a un inmueble en mal estado, sino que también ha sabido respetar y realzar los elementos arquitectónicos tradicionales que le aportan valor y singularidad.

La recuperación de la bóveda catalana en la rehabilitación del edificio

El edificio VLN, que ocupa un total de 1.214 m² y está compuesto por planta baja y seis plantas de viviendas, se ubica en el Ensanche diseñado por Ildefons Cerdà en el siglo XIX, uno de los distritos más emblemáticos y apreciados de la Ciudad Condal. Su trazado en forma de cuadrícula y sus amplias manzanas con patios interiores protagonizaron en su momento una revolución urbanística ideada para mejorar la calidad de vida de los residentes. Hoy, se mantiene como ejemplo de planificación urbana visionaria, donde funcionalidad y estética van de la mano. Como van también en la remodelación del edificio VLN.

La rehabilitación del edificio por Enrica Mosciaro se planteó con una premisa clara: el respeto por las raíces históricas y arquitectónicas de la ciudad en general y del Ensanche en particular. Por eso se conservaron y restauraron cuidadosamente los elementos tradicionales más destacados: la bóveda catalana y los forjados con viguetas metálicas en el techo, así como las paredes medianeras de ladrillo macizo. La mejora de este legado aportó autenticidad y carácter.

La bóveda catalana (“volta catalana”) es un sistema de arcos ligeros construidos con ladrillos dispuestos en forma de abanico que proporciona una buena resistencia estructural y consigue una estética particular que conecta al edificio con su historia. En esta reforma integral de un edificio en Barcelona han sido uno de los principales elementos puestos en valor a la hora de mantener la personalidad de la construcción.

Una nueva distribución en la rehabilitación para facilitar la vida

Aparte de recuperar los elementos tradicionales y trabajar con materiales que respeten la esencia del edificio, en la ejecución de este proyecto se realizaron destacadas intervenciones estructurales para garantizar la seguridad y funcionalidad del inmueble. Se reforzaron, por ejemplo, los forjados para cumplir con los estándares de seguridad actuales.

La remodelación, sin embargo, fue más allá de la estética, adaptando las viviendas a las necesidades de la vida moderna, priorizando la funcionalidad y el confort para facilitar al máximo el día a día. La nueva distribución se enfocó en todo momento hacia la funcionalidad.

En cuanto al diseño interior, sobrio y elegante, se usaron pocos materiales, seleccionados por su calidad y capacidad para integrarse en el entorno. Eso permitió realzar la fuerza y el carácter de los componentes originales.

Una de las soluciones fue crear cocinas abiertas con puertas correderas, de modo que puedan independizarse o integrarse a los espacios comunes y crear espacios más amplios y luminosos cuando se necesite.

Además, la selección cromática a base de tonos neutros que contrastan suavemente con los techos, las molduras y el ladrillo, ayuda a potenciar la sensación de amplitud, continuidad y luminosidad.

 Rehabilitación del edificio con sobriedad e integración

Considerado como un elemento unificador esencial, también se mantuvo la esencia de la escalera del edificio, en la que destaca un bonito pasamanos de madera.

Y, en consonancia con el interior, la fachada ha mantenido su sobriedad y sencillez, con un diseño atemporal que no busca imponerse sino integrarse en el entorno urbano, afín a la discreta elegancia que caracteriza al Ensanche barcelonés.

El resultado de esta remodelación integral de un edificio en Barcelona demuestra cómo las posibilidades de un inmueble pueden ser redescubiertas y potenciadas. Esta obra ha transformado un edificio con un gran potencial en un espacio práctico y bonito donde los elementos tradicionales no solo se conservan, sino que se destacan como piezas fundamentales.

Este proyecto evidencia que, en una ciudad con tanta historia, arte y creatividad, la arquitectura y el diseño de interiores pueden tender puentes entre el ayer y el hoy, preservando la tradición y, a la vez, adaptándose a las exigencias de la vida moderna. En el edificio VLN, la herencia arquitectónica ha servido de base para crear viviendas atractivas, cómodas y sostenibles.